Familia

Por qué el tacto y la cercanía son importantes para los bebés

El contacto con la piel refuerza el vínculo entre padres e hijos

Tener al bebé en brazos por primera vez es un momento precioso. Este contacto con la piel tiene un efecto positivo inmediato en el vínculo afectivo entre los padres y su recién nacido. Los mimos, las caricias cariñosas y el contacto físico estrecho dan a los bebés una sensación de seguridad.

La fase de vinculación después del nacimiento

Si todo va bien durante el parto, se puede colocar al recién nacido panza abajo sobre el pecho desnudo de la madre o el padre. Este primer contacto piel con piel favorece el vínculo emocional entre padres e hijos. Este contacto con la piel es importante, porque desencadena la liberación de hormonas que fomentan un vínculo estrecho y una relación afectiva. Este proceso de vinculación durante los primeros días ayuda a los padres a aprender las señales de su bebé y a reconocer sus necesidades. Esto, a su vez, ayuda al bebé a desarrollar un sano sentido de la confianza básica. También puede forjarse un vínculo intenso a pesar de los obstáculos iniciales. Si los niños necesitan cuidados especiales debido a un parto difícil o a una enfermedad que impide el vínculo inmediato con los padres, hay formas de compensarlo.

El contacto piel con piel transmite sensación de seguridad

El sentimiento más importante para los recién nacidos es la cercanía de cuidadores cariñosos: sentirse cerca para un bebé significa sentirse seguro. Los bebés perciben cuando sus señales son percibidas y respondidas con atención, por lo que saben que no están en peligro. Transmitir una sensación de seguridad es un elemento esencial para cuidar del bienestar del bebé, sobre todo en los primeros meses. Sobre todo, esta sensación de protección se expresa a través de la proximidad física: envuelto en los brazos de la madre o el padre, acurrucado contra ellos en la cama, o rodeado por un fular o un portabebés, el bebé se siente seguro y protegido. Este estrecho contacto corporal también le da calor. Sobre todo al principio, a los bebés les cuesta regular su temperatura corporal. El contacto físico estrecho puede ayudarles en este sentido.

La necesidad de contacto y cercanía

Las personas necesitan el tacto para un desarrollo emocional sano. El tacto es nuestro primer lenguaje en la vida y desempeña un papel esencial. En el útero, los niños tienen sensaciones táctiles. Después, durante el parto, experimentan el contacto físico y son abrazados físicamente por las manos por primera vez. Además de la lactancia y de ser llevados y abrazados, los bebés experimentan el tacto de forma especialmente intensa durante su rutina habitual de cuidado corporal, cuando sienten el contacto directo con la piel.

El cuidado consciente puede incorporarse a la rutina diaria del bebé desde el principio. Por ejemplo, los padres pueden establecer rituales de cuidado de la piel que nutran tanto el cuerpo como el vínculo afectivo. Con el masaje, los padres aprenden a cuidar, tocar y comunicarse suavemente con su bebé, reconociendo y respondiendo a sus señales.

La hormona del vínculo, la oxitocina

La piel es nuestro órgano más grande y tiene millones de receptores que reaccionan al tacto. Si el cerebro percibe un contacto suave o gradual piel con piel, libera, entre otras cosas, la hormona oxitocina. Por tanto, el contacto físico cariñoso va de la mano de la liberación de oxitocina, que crea una sensación de conexión. También conocida como la "hormona de los mimos", la oxitocina tiene un efecto relajante, alivia la ansiedad, disminuye la tensión arterial, reduce los niveles de cortisol y refuerza el sistema inmunitario. Los sentimientos positivos resultantes refuerzan el vínculo entre los niños y sus cuidadores, fomentando una estrecha relación.

El tacto influye en el desarrollo del niño

Experimentar distintas formas de contacto físico y tacto cariñoso no sólo ayuda a los recién nacidos a conocer su cuerpo y comprenderlo mejor, sino que también estimula su desarrollo cerebral y sus capacidades cognitivas. Durante el cambio de pañales y los cuidados corporales, los bebés sienten el tacto de su cuidador en la piel. Perciben si las manos del adulto están calientes o frías, y si ejercen una presión más o menos fuerte. Combinar los cuidados corporales con masajes suaves ofrece a los niños pequeños la oportunidad de tomar conciencia y ampliar el mapa interior de su cuerpo. El cambio de pañales, el baño y el masaje del bebé no sólo son beneficiosos para el cuerpo y el alma, sino que también se convierten en una experiencia de aprendizaje integral para el bebé.