Naturaleza

Soluciones para mejorar la salud del suelo

CÓMO ACUMULAR HUMUS

Métodos como la acumulación de humus, la agricultura regenerativa y la agricultura del carbono mejoran la salud del suelo. Al activar y fortalecer la vida del suelo, también mejoran su fertilidad y biodiversidad. Esto también beneficia al clima.

1. La acumulación de humus: una práctica antigua

En los siglos XII y XIII, la gente enriquecía su suelo arenoso y poco productivo con materia orgánica. Cortaban el césped y utilizaban la tierra vegetal enraizada como lecho en sus establos. Con el tiempo, el estiércol de los animales, los desechos de la cocina y las cenizas enriquecieron el césped, que luego se devolvió a los campos. A finales del siglo XIX, los fertilizantes minerales industriales sustituyeron a las técnicas tradicionales y a los antiguos conocimientos que hoy se vuelven a demandar.

2. Agricultura regenerativa: ciclos naturales y cuidado del suelo

La idea de la agricultura regenerativa fue desarrollada por agricultores pioneros, científicos e iniciativas de salud del suelo. Robert Rodale, un agricultor de Estados Unidos, acuñó el término "agricultura orgánica regenerativa" en la década de 1970 para distinguir sus métodos de otros enfoques de agricultura sostenible. Las raíces de la agricultura regenerativa también se remontan a Rudolf Steiner y su Curso de Agricultura, del que surgió la agricultura biodinámica en la década de 1920.

En la agricultura regenerativa, los ciclos naturales deben restaurarse y mejorarse, centrándose en gran medida en el cuidado del suelo. Las medidas adecuadas activan y fortalecen la vida del suelo para enriquecer el humus con su carbono orgánico. Otro aspecto importante es que el suelo se cultive durante todo el año, por ejemplo, mediante la resiembra o el intercalado de cultivos principales como los cereales, el maíz o la colza. El abono verde, también llamado mantillo vivo, cultivos intermedios o cultivos de cobertura , también puede utilizarse para salvar el tiempo como parte de una rotación de cultivos entre dos cultivos principales. Suelen ser leguminosas como el trébol rojo. Fijan el nitrógeno del aire y aumentan la fertilidad del suelo. Aunque el follaje de las plantas muere, su sistema de raíces pivotantes sigue facilitando la absorción de agua y la aportación de nutrientes al suelo. Las especies de abono verde de raíces profundas nutren el suelo mejor que el arado. Los efectos beneficiosos de este tipo de gestión del suelo también son mucho más profundos que los de la labranza, ya que las raíces pueden alcanzar varios metros de profundidad en el suelo. Cuando se utilizan abonos verdes, las tierras de labranza sólo se labran cuando es necesario, e incluso a muy poca profundidad. El laboreo superficial con máquinas se complementa de forma óptima con el abono verde de raíces profundas, que no altera la estructura de las capas del suelo. La vida del suelo debe desarrollarse según su propio ritmo y de la forma más imperturbable posible.

Las prácticas de la agricultura regenerativa son tan diversas como los lugares donde se utilizan. A lo largo de los años, se han establecido diversas prácticas agrícolas: la permacultura, la agrosilvicultura y la gestión holística de los pastos, por nombrar sólo algunas. Estos enfoques prometen mejorar los suelos, aumentar la biodiversidad, mejorar el almacenamiento de agua, reducir la erosión y disminuir la dependencia de los productos químicos.

Se calcula que en Alemania se cultivan unas 50.000 hectáreas según los principios de la agricultura regenerativa, tanto en explotaciones ecológicas como convencionales.

Entre 2.000 y 5.000 millones de toneladas de CO2 podrían secuestrarse anualmente mediante la acumulación de humus en todo el mundo.

3 . Agricultura del carbono

La acumulación de humus es un proceso largo y laborioso. La mayor parte del carbono introducido se descompone rápidamente y escapa al aire en forma de CO2. Sólo una pequeña parte queda almacenada en el suelo a largo plazo. Sin embargo, los suelos agrícolas tienen un gran potencial para secuestrar carbono y contribuir a la protección del clima. El Instituto Thünen está investigando la mejor manera de conseguirlo, con su proyecto de Agricultura del Carbono.

En la agricultura del carbono, los agricultores adoptan métodos de agricultura regenerativa siempre que es posible. Entre ellos se encuentran los cultivos intermedios, la plantación de cultivos de cobertura densos y diversos con sistemas radiculares profundos, el uso de compost y estiércol sólido y la implantación de sistemas agroforestales. Hasta que se restablezca un nuevo equilibrio, los cálculos científicos muestran que cada año pueden acumularse en el suelo entre 50 y 1.000 kilogramos de carbono orgánico por hectárea, y aún más en los pastizales. Esto significa que se podrían eliminar de la atmósfera entre 80 y 3.600 kilogramos de CO2 por hectárea cada año, lo que beneficiaría al clima, la fertilidad del suelo y la biodiversidad.

Al proteger el suelo, estamos salvaguardando nuestro medio de vida. Deberíamos hacer todo lo posible para rehabilitar y reforestar los suelos degradados: unos dos mil millones de hectáreas de suelo en todo el mundo podrían restaurarse de este modo. Ahora es el momento de reunirse, compartir experiencias y poner en marcha nuevos proyectos.

Texto: Susi Lotz

Fuentes: Bodenatlas 2015, Der Boden (Susanne Dohrn), Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH, Deutsche Welle, Deutscher Landwirtschaftsverlag, Deutschlandfunk, Energiewende-Magazin 6/2020, Europäische Umweltagentur, FiBL, Johann Heinrich von Thünen-Institut, Julius Kühn-Institut, Kreo 01/2020, Max-Planck-Gesellschaft, Nature & More, oekolandbau.de, Saatgut (Anja Banzhaf), Save Our Soils, Slow Food, Statista, Stiftung Wissenschaft und Politik, Umweltbundesamt, Was ist und wie entsteht Humus? (Schnug / Haneklaus), World Ocean Review, WWF, Zukunftsstiftung Landwirtschaft (Wege aus der Hungerkrise, 2013)